'Es' en la Biblia
Pero pida en fe, no dudando nada; porque el que duda, es semejante a la onda del mar, que es movida del viento, y es echada de una parte a otra.
El hombre de doble ánimo, es inconstante en todos sus caminos.
El hermano que es de baja suerte, gloríese en su alteza;
mas el que es rico, en su bajeza; porque él pasará como la flor de la hierba.
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios; porque Dios no puede ser tentado de los males, ni él tienta a alguno;
pero cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.
Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.
Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Por lo cual, desechando toda inmundicia y {todo} resto de malicia, recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas.
Porque si alguno oye la Palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es.
Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.
Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.
La religión pura y sin mácula delante del Dios y Padre es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.
¿No blasfeman ellos el buen nombre que es invocado sobre vosotros?
Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpable de todos.
Así también la fe, si no tuviere las obras, es muerta en sí misma.
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
¿Mas oh hombre vano, quieres saber que la fe sin obras es muerta?
Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta.
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
Así también, la lengua es un miembro pequeñito, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende!
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así es la lengua entre nuestros miembros que contamina todo el cuerpo, e inflama el curso de nuestro naturaleza, y es inflamada del infierno.
Porque toda naturaleza de bestias fieras, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma, y es domada por el ser humano;
pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, y está llena de veneno mortal.
¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? Muestre por la buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría.
Porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica.
Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida.
Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz.
¿De dónde vienen las guerras, y los pleitos entre vosotros? De aquí, es decir de vuestras concupiscencias, las cuales batallan en vuestros miembros.
Adúlteros, y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios.
¿Pensáis que la Escritura dice sin causa: Es espíritu que mora en nosotros codicia para envidia?
Uno es el dador de la Ley, que puede salvar y perder, ¿quién eres tú que juzgas a otro?
y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y después se desvanece.
Mas ahora os gloriáis en vuestras soberbias. Toda gloria semejante es mala.
A aquel, pues, que sabe hacer {lo} bueno y no lo hace, le es pecado.
Vuestro oro y vuestra plata se han oxidado, su herrumbre será un testigo contra vosotros y consumirá vuestra carne como fuego. Es en los últimos días que habéis acumulado tesoros.
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso.
Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos. Porque la oración eficaz del justo, es muy poderosa.
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