'Está' en la Biblia
A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito hijo, que está en el seno del Padre, él nos lo declaró.
Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua, {pero} entre vosotros está Uno a quien no conocéis.
Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: ``Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
y vio a Jesús que pasaba, y dijo: ``Ahí está el Cordero de Dios."
Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu Casa me consumió.
Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios {como} maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él.
Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.
Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, está bautizando y todos van a El.
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo es cumplido.
El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede de la tierra y habla de la tierra. El que procede del cielo está sobre todos.
El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
La mujer le dice: Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá a sacarla.
Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar.
¿No decís vosotros que aún hay cuatro meses y la siega viene? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad el campo, porque ya está blanco para la siega.
Esta también es la segunda señal que Jesús hizo, cuando vino de Judea a Galilea.
Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado.
Entonces, por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos peces pequeños; ¿mas qué es esto entre tantos?
Respondió Jesús, y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él envió.
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.
Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que de todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene a mí.
Y muchos de sus discípulos oyéndolo, dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
Díceles entonces Jesús: Mi tiempo aun no ha venido; mas vuestro tiempo siempre está presto.
Vosotros subid a esta Fiesta; yo no subo aún a esta Fiesta, porque mi tiempo aún no es cumplido.
Y le buscaban los judíos en la Fiesta, y decían: ¿Dónde está aquel?
"Si alguno está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, sabrá si Mi enseñanza es de Dios o {si} hablo de Mí mismo.
¿Qué palabra es ésta que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir?
Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es.
le dicen: Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mismo hecho, adulterando;
Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres; ¿tú, pues, qué dices?
Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
Y le decían: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocierais, a mi Padre también conoceríais.
Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre; porque yo, lo que a él agrada, hago siempre.
Jesús respondió: Ni éste pecó, ni sus padres; sino {que está ciego} para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Entonces le dijeron: ¿Dónde está aquel? El dijo: No sé.
Les respondió aquel hombre, y les dijo: Por cierto, maravillosa cosa es ésta, que vosotros no sabéis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos.
Jesús le dijo: Pues tú le has visto, y el que está hablando contigo, ése es.
Esta parábola les dijo Jesús; mas ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Y muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿para qué le oís?
Les respondió Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
Mas si las hago, aunque á mí no creáis, creed á las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.
Enviaron, pues, sus hermanas a él, diciendo: Señor, he aquí, el que amas está enfermo.
Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Pero si alguno anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él.
y por causa de vosotros me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a {donde está} él.
Y dicho esto, se fue, y llamó en secreto a María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama.
Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado.
De manera que Jesús ya no andaba manifiestamente entre los judíos; mas se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y se estaba allí con sus discípulos.
Y halló Jesús un asnillo, y se sentó sobre él, como está escrito:
Por lo cual también había venido la multitud a recibirle, porque habían oído que él había hecho esta señal;
Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora; mas por esto he venido en esta hora.
Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros.
Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, no sea que os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ésta le juzgará en el día final.
Le dice Jesús: El que está lavado, no necesita sino que se lave los pies, porque está todo limpio; y vosotros limpios sois, aunque no todos.
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo de mí mismo: mas el Padre que está en mí, él hace las obras.
Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
Mas para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Que sin causa me aborrecieron.
Cuando la mujer está para dar a luz, tiene aflicción, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño haya nacido en el mundo.
He aquí, la hora viene, y ya es venida, que seréis esparcidos cada uno por su cabo, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesús, el Cristo.
Y cuando Jesús salió fuera, llevaba la corona de espinas y el manto de púrpura. Y {Pilato} les dijo: `` ¡Aquí está el Hombre!"
Cuando Pilato oyó esta palabra, tuvo más miedo.
Y era el día de la preparación para la Pascua; eran como las seis de la mañana (hora Romana). Y {Pilato} dijo a los Judíos: ``Aquí está su Rey."
Entonces muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, en latín {y} en griego.
Y cuando Jesús vio a Su madre, y al discípulo a quien El amaba que estaba allí cerca, dijo a Su madre: `` ¡Mujer, ahí está tu hijo!"
Después dijo al discípulo: `` ¡Ahí está tu madre!" Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia {casa}.
Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: `` ¡Consumado es! ( ¡Cumplido está!)" E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Después se manifestó Jesús otra vez a sus discípulos en el mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, habiendo resucitado de los muertos.
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