142 casos en 6 traducciones

'Yo' en la Biblia

y acometieron los sabeos, y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para traerte las nuevas.

Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; solamente escapé yo para traerte las nuevas.

Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.

y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, e hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.

Perezca el día en que yo fui nacido, y la noche que dijo: Varón es concebido.

por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, ni escondió de mis ojos la miseria.

Pues que ahora yaciera yo, y reposara; durmiera, y entonces tuviera reposo,

Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía.

Se paró un fantasma delante de mis ojos, cuyo rostro yo no conocí, y quedo, oí que decía:

Yo he visto al loco que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.

Y sería aún mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que yo no he escondido las palabras del Santo.

¿Os he dicho yo: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;

así poseo yo los meses de vanidad, y las noches de trabajo me dieron por cuenta.

El ojo del que me ve no me verá más; tus ojos {estarán} sobre mí, pero yo no existiré.

Por tanto yo no reprimiré mi boca; hablaré con la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma.

Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad.

Pequé, ¿qué te hago yo, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto como blanco tuyo, de modo que soy una carga para mí mismo?

He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; y pasará, y no lo entenderé.

¿Cuánto menos le responderé yo, y eligiré mis palabras con él?

Que aunque yo sea justo, no responderé; antes habré de rogar a mi juez.

Que si yo le invocare, y él me respondiera, aún no creeré que haya escuchado mi voz.

Si yo hablare de poder, he aquí Él es poderoso; si de juicio, ¿quién me emplazará?

Si yo me justificare, me condenará mi boca; si me predicare perfecto, él me hará inicuo.

Si yo me predicare imperfecto, no conozco mi alma; condenaré mi vida.

Una cosa resta es a saber que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.

Aunque yo diga: ``Olvidaré mi queja, cambiaré mi {triste} semblante y me alegraré",

Si yo soy impío, ¿para qué trabajaré en vano?

{Entonces} yo hablaré y no le temeré; porque en mi opinión yo no soy así.

Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; yo sé que esto está cerca de ti.

Tú dices: Mi doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos.

También tengo corazón como vosotros; no soy yo menos que vosotros; ¿y quién habrá que no pueda decir otro tanto?

Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.

Mas yo hablaría con el Todopoderoso, y querría disputar con Dios.

Escuchadme, y hablaré yo, y que me venga después lo que viniere.

¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, y pondré mi alma en mi palma?

He aquí ahora, si yo me apercibiere a juicio, sé que seré justificado.

¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría.

Llama luego, y yo responderé; o yo hablaré, y respóndeme tú.

¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme conocer mi prevaricación y mi pecado.

Entonces llamarás, y yo te responderé, a la obra de tus manos desearás.

Tu misma boca te condenará, y no yo; y tus mismos labios testificarán contra ti.

Escúchame; yo te mostraré, y te contaré lo que he visto;

También yo hablaría como vosotros. Deseo que vuestra alma estuviera en lugar de la mía, que yo os tendría compañía en las palabras, y sobre vosotros movería mi cabeza.

Estaba yo tranquilo, y El me sacudió, me agarró por la nuca y me hizo pedazos; también me hizo su blanco.

Yo cosí cilicio sobre mi piel, y cargué mi cabeza de polvo.

Si yo espero, el Seol es mi casa; en las tinieblas hice mi cama.

Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; forastero fui yo en sus ojos.

Al cual yo tengo que ver por mí, y mis ojos lo han de ver, y no otro, aunque mis riñones se consuman dentro de mí.

Soportadme, y yo hablaré; y después que hubiere hablado, escarneced.

¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?

Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, y toma temblor mi carne.

¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.

Yo sabría lo que él me respondería, y entendería lo que me dijere.

Allí el justo razonaría con El, y yo sería librado para siempre de mi Juez.

He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré.

Si al norte él obrare, yo no lo veré; al mediodía se esconderá, y no lo veré.

Por lo cual yo me espantaré delante de su rostro; consideraré, y lo temeré.

¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas, ni cubrió con oscuridad mi rostro?

Nunca tal me acontezca que yo os justifique; hasta morir no quitaré de mí mi integridad.

Yo os enseñaré lo que hay en la mano de Dios; no esconderé lo que hay acerca del Omnipotente.

cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, a la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad;

como era yo en los días de mi juventud, cuando el favor de Dios {estaba} sobre mi tienda;

cuando lavaba yo mis caminos con manteca, y la piedra me derramaba ríos de aceite!

Cuando yo salía a la puerta de la ciudad, cuando en la plaza tomaba mi asiento,

Venía sobre mí la bendición del que estaba a punto de perecer, y el corazón de la viuda yo llenaba de gozo.

Yo les sonreía cuando ellos no creían, y no abatían la luz de mi rostro.

Calificaba yo el camino de ellos, y sentábame en cabecera; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela llorosos.

Mas ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado.

Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, en los cuales pereció el tiempo?

Y ahora yo soy su canción, y soy hecho a ellos refrán.

¿qué haría yo cuando Dios se levantare? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo?

si he alzado contra el huérfano mi mano, porque vi que yo tenía apoyo en la puerta,

Public Domain

Biblia del Jubileo 2000 (Grátis) copyright

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso

Reina Valera Gómez (© 2010)