'He' en la Biblia
Y dijo el SEÑOR a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante del SEÑOR.
y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, e hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Y el SEÑOR dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
He aquí, sea estéril aquella noche, no entren en ella gritos de júbilo.
No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación.
He aquí, tú enseñabas a muchos, y las manos debilitadas corroborabas.
Como yo he visto que los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan.
He aquí que en sus siervos no confía, y en sus ángeles halló locura.
Yo he visto al loco que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.
He aquí, que bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.
Y sería aún mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que yo no he escondido las palabras del Santo.
¿Os he dicho yo: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;
Enseñadme, y yo callaré; y hacedme entender en qué he errado.
así he tenido que poseer meses de vanidad, y noches de congoja me fueron asignadas.
Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad.
Si he pecado, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario a ti, y que a mí mismo sea pesado?
He aquí, este es el gozo de su camino; y del polvo brotarán otros.
He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni toma la mano de los malignos.
He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; y pasará, y no lo entenderé.
He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: Qué haces?
Si {es cuestión} de poder, he aquí, {El es} poderoso; y si {es cuestión} de justicia, ¿quién le citará?
He aquí, él derribará, y no será edificado; encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.
He aquí, él detendrá las aguas, y se secarán; él las enviará, y destruirán la tierra.
He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos, y oído y entendido mis oídos.
¿Por qué me he de quitar la carne con mis dientes, y poner mi vida en mis manos?
He aquí, aunque me matare, en él esperaré; pero defenderé delante de él mis caminos.
He aquí ahora, si yo me apercibiere a juicio, sé que seré justificado.
He aquí que en sus santos no confía, y ni los cielos son limpios delante de sus ojos,
Escúchame; yo te mostraré, y te contaré lo que he visto;
Muchas veces he oído cosas como éstas; consoladores molestos sois todos vosotros.
Sobre mi piel he cosido cilicio, y he hundido en el polvo mi poder.
Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas.
El me ha puesto por refrán de los pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.
A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi madre y mi hermana.
Y si en verdad he errado, conmigo se quedará mi error.
He aquí yo clamaré agravio, y no seré oído; daré voces, y no habrá juicio.
Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos; y he escapado con la piel de mis dientes.
Y después de deshecha esta mi piel, Aun he de ver en mi carne á Dios;
Al cual he de ver por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis entrañas se consuman dentro de mí.
La reprensión de mi censura he oído, y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.
En cuanto a mí, ¿me quejo yo al hombre? ¿Y por qué no he de ser impaciente?
He aquí que su bien no está en manos de ellos; el consejo de los impíos lejos esté de mí.
He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis.
He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré.
Mi pie ha seguido firme en su senda, su camino he guardado y no me he desviado.
Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida.
He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen a su obra madrugando para robar; el desierto es su mantenimiento y de sus hijos.
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
He aquí, éstas son partes de sus caminos; ¡y cuán poco es lo que hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo entenderá?
He aquí que todos vosotros lo habéis visto, ¿por qué pues os desvanecéis con vanidad?
Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal el entendimiento.
Y ahora yo soy su canción, Y he sido hecho su refrán.
¿No he llorado por aquél cuya vida es difícil? ¿No se angustió mi alma por el necesitado?
Denegrido anduve, y no por el sol; me he levantado en la congregación, y clamé.
He venido a ser hermano de los dragones, y compañero de los búhos.
Si he caminado con la mentira, y {si} mi pie se ha apresurado tras el engaño,
Si mi corazón fue seducido por mujer, o he estado al acecho a la puerta de mi prójimo,
Si he menospreciado el derecho de mi siervo o de mi sierva cuando presentaron queja contra mí,
Si he impedido a los pobres {su} deseo, o he hecho desfallecer los ojos de la viuda,
o {si} he comido mi bocado solo, y el huérfano no ha comido de él
si he visto que pereciera alguno sin vestido, y al menesteroso sin cobertura;
si he alzado contra el huérfano mi mano, porque vi que yo tenía apoyo en la puerta,
Si he puesto {en} el oro mi confianza, y he dicho al oro fino: {Tú eres} mi seguridad;
si me he alegrado porque mi riqueza era grande, y porque mi mano había adquirido mucho;
si he mirado al sol cuando resplandecía, y a la luna cuando iba hermosa,
¿Acaso me he alegrado en la destrucción de mi enemigo, o me he regocijado cuando el mal le sobrevino?
No, no he permitido que mi boca peque pidiendo su vida en una maldición.
El forastero no pasa la noche afuera, {porque} al viajero he abierto mis puertas.
¿Acaso he cubierto mis transgresiones como Adán, ocultando en mi seno mi iniquidad,
¡quién me diera quien me oyere! He aquí mi señal es que el Omnipotente testificará por mí, aunque mi adversario me hubiera escrito los cargos.
si he comido su fruto sin dinero, o si he causado que sus dueños pierdan sus vidas,
Y respondió Eliú hijo de Baraquel, buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; por tanto he tenido miedo, y he temido de declararos mi opinión.
He aquí yo he esperado a vuestras palabras, he escuchado vuestros argumentos, entre tanto que buscábais palabras.
Y aun os he considerado, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a sus razones.
Yo pues he esperado, porque no hablaban, Antes pararon, y no respondieron más.
He aquí, mi vientre es como vino sin respiradero, está a punto de reventar como odres nuevos.
He aquí yo abriré ahora mi boca, y mi lengua hablará en mi boca.
He aquí, yo como tú, pertenezco a Dios; del barro yo también he sido formado.
He aquí que mi terror no te espantará, ni mi mano se agravará sobre ti.
Ciertamente has hablado a oídos míos, y el sonido de {tus} palabras he oído:
He aquí que Dios buscó achaques contra mí, y me tiene por su enemigo;
He aquí en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
y que tenga piedad de él, y diga: ``Líbralo de descender a la fosa, he hallado {su} rescate";
Cantará él a los hombres y dirá: ``He pecado y pervertido lo que es justo, y no es apropiado para mí.
He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre;
Y si no, óyeme tú á mí; Calla, y enseñarte he sabiduría.
¿He de mentir yo contra mi razón? Mi saeta es gravosa sin haber yo prevaricado.
De seguro conviene se diga á Dios: Llevado he ya castigo, no más ofenderé:
enséñame lo que no veo; si he obrado mal, no lo volveré {a hacer?"}
Espérame un poco, y enseñarte he; Porque todavía tengo razones en orden á Dios.
He aquí que Dios es grande, y no aborrece; fuerte es en virtud de corazón.
He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿qué enseñador semejante a él?
He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus años.
He aquí que sobre él extiende su luz, y cubrió las raíces del mar.
He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia,
que he reservado para el tiempo de angustia, para el día de guerra y de batalla?
He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.
Una vez he hablado, y no responderé; aun dos veces, y no añadiré más.
He aquí ahora behemot, al cual yo hice contigo; hierba come como buey.
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